miércoles, 2 de enero de 2019

Barranco Ligero o Amoladoras


BARRANCO LIGERO O AMOLADORAS 

2/1/2019



Continúa el nuevo año con otra salida espectacular: Barranco Ligero, un barranco seco con 15 rápeles, el mayor de 20 metros, y 6 destrepes. En total, 21 pasos a superar.

En esta ocasión hemos ido Paco Doña, Pakito, Karen, Santi, Ana, Carmen y yo. Tras juntarnos de camino a Motril, hicimos la combinción de coches (muy cómoda, pues son unos 3,3 km y todo por vías asfaltadas) e iniciamos la aproximación.  Ya en la primera cabecera nos equipamos e iniciamos la orgía de rápeles, uno detrás de otro.


El barranco está muy bien equipado en su tramo superiior, el de las grandes verticales, y con unos anclajes algo más deficientes en la parte inferior, la de las represas, con dos rápeles con un único punto como cabecera y varios con anclajes sobre la argamasa y las piedras de dichas represas, que no son el lugar más adecuado para este tipo de instalaciones por no garantizar la resistencia necesaria, aunque como las represas son arrampadas es cierto que la fuerza ejercida sobre los anclajes es menor que sobre un rápel completamente vertical. Hay también un rápel de unos 3 metros con un único parabolt sobre roca poco sólida, y que hace palanca y se mueve al descender. Pero por lo demás es muy cómodo y con unos descensos preciosos.





 

 En au momento del recorrido aparece en el cauce del barranco un Audi A3 completamente destrozado, que entendemos que ha caído desde la carretera, aunque el vuelo tuvo que ser impresionante. No hay señales de haber sido arrastrado por el agua y junto a él está el manual del vehículo en perfecto estado, y al lado varias piezas de plástico que en caso de arrastre habrían ido flotando.


Terminado el barranco se escapa por la izquierda, buscando siempre la senda pisada, desdibujada en algunos tramos, que nos llevará hasta la vereda de salida. Una vez en la verja, se supera con facilidad por el murete derecho. Ahí estará el otro coche.








Deshicimos la combinación y nos fuimos a almorzar a un restaurante por encima del aparcamiento del coche superior, sonde hemos degustado un arroz caldoso exquisito, y hemos dado cuenta también de la tarta de queso y mandarinas que preparé ayer.


Y tras la charla de rigor, Carmen, Karen, Santi y yo nos fuimos de regreso, con algo de tráfico hasta Granada (era la hora del retorno de Pradollano) pero luego con poco tráfico por Motril.

Otra extupenda salida, esta vez a un barranco que yo no conocía y que es sumamente entretenido, por la gran cantidad de elementos a instalar, y con bellos rápeles. La propuesta de Paco ha sido todo un acierto. ¡Bravo!


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