Ferratas del Castillo de Gaucín y del Hacho
7.1.2019
Y para terminar las Navidades (ahora sí), dos ferratones: El Castillo del Águila y el Hacho. El grupo estaba hoy formado por Silvia, Mónica, Luisa, Rafa, Karen y yo.
Tras quedar en Gaucín hacia las 9.30 nos
fuimos directos a la primera ferrata: El Castillo del Águila, dentro
del casco urbano de Gaucín. Esta ferrata es corta pero muy intensa, por
presentar varias dificultades: la principal, que se hace en descenso en
lugar de en ascenso, algo muy poco habitual. Otro reto es el tramo
horizontal extraplomado, largo y que requiere fuerza en los brazos. En
ese tramo los peldaños están bastante separados, lo que hace que la
altura pueda ser un plus. La tirolina no es ya un problema porque está
destensada y no te empotras en la roca final como ocurría antes, aunque
ojo a las poleas rápidas si no se lleva nada que frene.
La
progresión fue rápida, soleada y calurosa, sin incidentes. A Silvia y a
mí nos tocó remar. Los demás alargaron su baga auxiliar todo lo que
pudieron y llegaron mucho mejor. Terminada la progresión nos fuimos a
los coches, directos a la del Hacho.
La ferrata del
Hacho es otra historia: alejada del casco urbano, con una buena
aproximación, larga y con algunos pasos técnicos algo más exigentes
(comparada con otros K3 de la provincia es bastante más dura). Y con un
obstáculo estrella a superar: la escala, ya recolocada y plenamente
operativa. La mayoría optamos por progresar por ella porque supone un
reto deportivo y un aliciente extra. Sin mayores dificultades (ojo que
cansa, y es mejor curarse en salud y asegurar, ocasión perfecta para que
Rafa me enseñara el aseguramiento desde arriba con cazoleta o cesta) la
superamos y entramos de lleno en el tramo quizás más deportivo, donde
una de las compañeras tuvo un susto al fallar en el agarre tras
impulsarse para pillar el siguiente escalón (ese tramo es durillo, y de
nuevo la altura facilita su superación). La caída fue corta,
afortunadamente limpia, por lo que todo quedó en un sustillo y una
apertura de la disipadora de petzl de unos 3 centímetros (no hay mal que
por bien no venga: hemos comprobado que la disipadora funciona).
Finalizada
la ferrata y hechas las fotos de rigor iniciamos el retorno. Aunque
teníamos el track largo que rodea toda la montaña terminamos bajando por
unos arrastraderos demenciales, junto a la reja, viendo las piedras
rodar junto a nuestros tobillos, pero lo cierto es que recorrimos menos
de un tercio del camino de retorno "correcto" y en menos de media hora
estábamos de nuevo en el coche, pasando antes por el inicio de la
ferrata (con la lógica broma de "¿la hacemos otra vez?" )
Y de los coches a comer al restaurante de la gasolinera de Gaucín, y de allí a casa.
Un broche de oro a estas productivas navidades en las que hemos podido disfrutar de una climatología perfecta plagada de actividades con gente maravillosa de nuestro gran club, el Grupo de Montaña de Málaga.
¡Braaaavoooo!
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