sábado, 23 de febrero de 2019

Barranco del Búho o del Santo

Barranco del Búho o del Santo

23.2.2019

Empiezan bien...
... pero se van desmadrando :) :) :)

Visita con nuestro grupo Friki a este peculiar barranco ("peculiar", porque bonito, lo que se dice bonito... pues... no :) :) :) ).


Vimos decenas de columnas de procesionarias migrando... ¡Qué tentación, pero dicen que no se maten!

Anda que llamar cueva a "eso" :) :) :)

Ahí está el Santo. Tenemos que llegar a él





El barranco del Búho o del Santo se encuentra muy cerca de la estatua del Santo de Pizarra, por lo que para acceder a él hay que seguir ese precioso y concurrido paseo. Lo intentamos hacer hace ya unas semanas pero ese día llovía y tuvimos que suspenderlo. En esta ocasión la climatología ha sido muy favorable y hemos disfrutado de un "barranco paseo" excepcional.


Poco después del Santo nos desviamos del sendero para acceder a la primera cabecera del barranco. El material de las paredes es un conglomerado que se deshace a nuestro paso. La ventaja es que no es resbaladizo pero el inconveniente es que se va disgregando cuando te apoyas. Es un barranco que, sin ser bonito, sí es muy curioso por los toboganes y formas que ha adquirido esta piedra.



Los dos o tres primeros rápeles dan "cosilla" porque los anclajes están en el suelo y este forma un ángulo de 90 grados con la pared, por lo que has de sentarte con las piernas en el vacío, montar el piraña sobre los anclajes, bloquearlo, desembagarte y luego agarrarte a la cadena ecualizadora para, a pulso, bajar sin casi apoyo de pies hasta colgar del descendedor. Vencida la reticencia inicial es fácil pero quizás no muy recomendable para novatos.




Todos los anclajes están en perfecto estado y sin signos de oxidación ni desgaste. De lujo. Se va progresando por el barranco y este adquiere formas de erosión muy caprichosas. Insisto, su belleza reside en su peculiaridad, aunque la aproximación y el retorno justifican que al menos se visite una vez.
















El retorno del barranco es largo pero tremendamente divertido. Hay algún punto en el que hay que tirar de track, y para cruzar el río hay que pasar justo por donde está el cartel rojo prohibiendo el paso por riesgo de derrumbe.








Cerca ya de los coches hay un corto desvío que nos lleva hasta el mirador de la Raja, una cavidad con unas escaleras que llevan hasta una plataforma con muy buenas vistas. Merece la pena dedicar unos minutos a recorrerlo. No tiene pérdida porque allí va mucha gente y sólo hay que fijarse de dónde vienen.






Al terminar nos fuimos cerca de Pizarra a almorzar. Precioso paseo y muy divertido barranco. Eso sí, para ir con ganas de reírse. Yo me lo he pasado muy bien. ¡Olé!

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