martes, 2 de abril de 2019

Barranco Bonela

Barranco Bonela

2.4.2019


Divertidísima tarde de barrancos con Tony, Paloma Olmo (antigua compi de nuestro club y que garantiza siempre que pasarás una tarde muy entretenida).
 


Como Tony y Paloma venían por otra ruta, en esta ocasión nos juntamos en el Tanatorio de Casarabonela. Me tocó esperar un poco porque al parecer nada más atravesar yo el pueblo bloqueó la calle principal un camión de transporte de material de construcción, y Tony y Paloma tuvieron que esperar a que bajase su carga para poder llegar al tanatorio. La ruta hasta el tanatorio es muy sencilla, pues basta seguir los carteles indicadores de Cementerio / Tanatorio. Al llegar al tanatorio hay una pronunciada curva de casi 300 grados. De ella sale el carril ascendente, señalado como área Recreativa Llano Cristóbal, que conduce al aparcamiento cercano al barranco.

Tras dejar el coche (ojo que no hay mucho sitio, por lo que si vais con varios vehículos es mejor aparcarlos en el llano junto al tanatorio y acoplarse en uno o dos coches) hay que subir la loma a nuestra izquierda (ojo con las abejas) y descender hasta el cauce. Es un paseo de apenas 10 minutos, pero con pendiente y un tramo inicial de bajada en el que hay que ir con cuidado para no resbalar.


 Una vez en el cauce seco muy pronto encontramos el primer rápel, y luego el resto estarán uno detrás de otro ya que este barranco tiene un recorrido bastante corto.

Pese a no ser especialmente complejo sí es un barranco algo técnico. Hay una poza con agua ponzoñosa cuya cabecera puede ser difícil de recuperar si el último no tiene la precaución de bajar en doble porque una rama puede hacer que el ocho del desembragable se enganche. Ese mismo rápel tiene un punto para una desviadora que evita caer en la poza húmeda, y es conveniente montar ahí una desviadora recuperable bloqueada, y que el último la azoque y desbloquee. De los grupos que tengo conocimiento dos personas han terminado en el agua, sin riesgo alguno para su integridad física pero no para su integridad moral: acabaron mojados y se descojonaron de risa sus compañeros.


Desviadora recuperable asegurada con mosquetón


Ojo que se lía la gente y se mete por detrás


Otro punto técnico es el rapelón enorme, un triple rápel con un tramo de aproximación hasta un pasamanos de cadena casi en volado, el rápel de 28 metros que se instala desde esa cadena y que termina en una marmita trampa, evitable mediante una dura desviadora o un pasamanos montado con cuerda fija al que se accede penduleando, y un tercer rápel encadenado desde casi el borde de la marmita. Son el punto más espectacular del barranco, de una belleza tremenda. De nuevo puede haber alguna complicación con las recuperaciones, ojo. 







Terminado el rápel estrella quedan un par de rápeles menores uno con los anclajes a la izquierda orográfica (es decir, mirando hacia donde bajaría el agua del cauce, "río abajo") y no visible desde el cauce, que hay quien destrepa aunque puede resbalar, y otro más con una cueva a la derecha fácilmente destrepable por la cavidad.


Acabada la progresión hay que atravesar una zona en la que están arrojando animales muertos en bolsas, y pasando deprosa por allí se sigue un poco más por el cauce buscando una senda a la izquierda para remontar el desnivel y regresar al coche.

Fue todo comio la seda, sin incidentes salvo cuando creíamos que se nos había enganchado una cuerda al recuperar, pero habíamos formado un lío y estábamos tirando de la cuerda del rápel :) :) :)

Al terminar nos fuimos a la Taberna el Riíllo, que pilla en la ruta de retorno a Casarabonela y en la que se come estupendamente, con un dueño con mucho desparpajo. Os recomiendo pedir los pinchitos de gambas, aunque todo está allí muy rico. La reconoceréis porque enfrente tiene dos llanos enormes de aparcamiento gratuito y señalizado. Echa un poco para atrás porque normalmente sólo hay hombres dentro, y al entrar parece que los clientes de fuera te miran mal, como con desconfianza, pero en cuanto diices "Buenos días" o "Buenas tardes" cambian las caras. 

No quiero acabar la reseña de la visita sin agradecer a Pilar y al Pelu por la instalación de esta joya que lo tiene todo para echar un buen rato: poca aproximación y retorno, cercanía a Málaga, rápeles y progresión divertida, gran belleza... ¿Qué más se puede pedir?


Y se acabó. Otra divertidísima tarde de barrancos con una compañía estupenda. ¡Braaavooo!





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