Decidido a retomar la forma que desperdicie hace un año y como la motivación sigue ahí, vamos a subir la cota a los casi 1000 metros, el teleférico en el Calamorro nos espera.
Se apunta a la historia Javi el Marino y como es mi vecino pues salimos juntos, Javi está más fuerte que yo y éste marcha a buen ritmo pero como buen ciclista va siempre pendiente al eslabón débil, o sea un servidor.
En el fondo no lo hice mal, no pensé en lo que me quedaba si no en lo que había superado y cuando te quieres dar cuenta te quedan dos repechos para llegar al teleférico. La meteorología en la cima fue alucinante, la niebla cubre todo y apenas te deja visión del paisaje y del frío mejor ni mencionarlo, ya que se notaba la rasca.
Bueno, superado lo peor ya queda lo más fácil, el mirador y éste está más bajo y llegar a él fue un paseo.
Realizadas las fotos obligadas ya sólo queda el descenso y parar a hidratarnos en mi bar favorito.
Resumiendo, muy buenas sensaciones.
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